La Unión Balompédica Conquense firmó su cuarto empate de la temporada en un partido esquizofrénico contra el Club Deportivo Leganés, que terminó con un resultado de 3-3 pero podía haber terminado con cualquier otro resultado, ya que los dos equipos jugaron a la ruleta rusa durante noventa minutos mientras los jueces de la partida, los colegiados, añadían complacientes más balas al cargador ara ver quien salía más malherido.
Alineación del Conquense. |
El punto fue justo quizás pero el que se hizo más daño fue el Conquense, ya que a pesar de sus limitaciones encontró en este encuentro algunos motivos para creer. El primero de ellos es ese chaval conquense al que llaman Jorgito y al que algún día habrá que empezar a llamar Don Jorge si mantiene esta progresión. Durante toda la primera mitad estuvo aporreando la puerta de la banda izquierda que era custodiada por Llamas. El chaval insistió tanto que finalmente terminó colándose en la casa del 'Lega', aprovechando un centro de Juanfran y una salida a nguna parte de Falcón para hacer el primer gol del partido a puerta vacía.
Junto a Jorgito, también estaba dejando buenas sensaciones el joven gallego Dani Rodríguez. El centrocampista va a tener que aguantar durante toda la temporada con el cartel de heredero de Cubillo, y en Cuenca eso pesa como cargar con todas las piedras con la que se está construyendo la Nueva Fuensanta. Sin embargo, el de Betanzos comienza a dejar ejemplos de que, si no es un jugador de tiquitaca como su maestro, tiene una gran visión de juego, un compás para el desplazamiento en largo y además no se desquita de responsabilidades ofensivas. Pero en el Conquense de Tino Luis Cabrera, la verdadera brújula, el capitán del navío y el sentido de la existencia se llama Cristian Andrés Sánchez Soriano. Él es el que hace circular el balón y la sangre por las venas blanquinegras y por eso está presente en todas partes: por la derecha, por el centro o para rebañar en defensa una pelota a toda una institución como el pepinero Víctor.
Jorgito, Dani Rodríguez y Cristian eran los protagonistas de la Balompédica pero el 'Lega' también tenía buenos actores en el escenario: el mencionado Víctor, el incisivo Vicente y el marine Rubén Navarro. Estos dos últimos fueron quienes fabricaron la jugada del 1-1. Vicente llegó hasta línea de fondo, tanto que si la raya hubiera sido una cuerda de equilibrista elevada en el aire, el balón posiblemente hubiera caído al precipicio. Como no tenemos 'Ojo de Halcón' en La Fuensanta, la jugada valió y el rubio extremo la picó atrás para que llegara Rubén Navarro y cabeceara a placer.
Dani Rodríguez ante el Leganés. Foto: El Día de Cuenca. |
La prensa todavía anotaba el gol en sus libretas cuando llegó la reacción del Conquense. Dani Rodríguez conecta vía satélite con Morillas, que en su primera cabalgada por la izquierda puso un centro bombeado que se encontró con la cabeza de Vinuesa. El remate del 'nueve' fue a la madera y la pelota quiso ser agradecida con el que mejor le estaba tratando, Cristian, que anotó a placer el segundo de la Balompédica. Se llegaba al descanso con 2-1 pero la parroquia de La Fuensanta era consciente de que todavía quedaba mucha tela por cortar. Y así fue, porque lo que ocurrió en la segunda mitad fue una locura auspiciada por dos equipos que no renunciaban a la victoria y unos colegiados que desgraciadamente, eran los que tenían más ganas de chupar cámara en los resúmenes. El Leganés, con el resultado en contra y la responsabilidad que le otorga su más consolidada carrera, se hizo dueño del encuentro, pero el Conquense creaba mucho peligro en los contraataques y resistíó bien, hasta que comenzó a perder efectivos. El primero en retirarse fue Jorgito, tras recibir un golpe en sus frágiles tobillos. El siguiente fue Javi Selvas, que ya afrontaba el partido renqueante, y el tercero sería Dani Rodríguez, que solicitó él mismo el cambio tras sentir molestias musculares. En su lugar saldrían Ruano, Dani Martí y Cubillo, el primero para aportar velocidad a las incursiones a la caza del gol definitivo, el segundo para cumplir con su papel de tapón en el centro del campo, y el tercero para intentar recuperar el balón. Más tarde también se lesionaría Moreno, al que se le salió el hombro, pero como ya no había más cambios se quedó en el campo con el brazo en cabestrillo para intentar ayudar a su equipo. Total, que el vestuario del Conquense, al finalizar el partido, parecía la sala de espera de Urgencias.
Ruano a punto de golpear. |
Posiblemente los daños físicos y psicológicos hubieran sido menores para la Balompédica si los árbitros hubieran dado por válido el 3-1 que anotó Ruano tras una gran pared con Pulga. Lo que a todo el público le pareció una jugada de tiralíneas al juez de banda le pareció una descarada acción de fuera de juego. En cambio, su compañero en la otra banda no utilizó el mismo sensor de infrarrojos en la jugada siguiente, que se produjo en la otra portería, y dio por válida la posición dudosa del gigantón Aridane, que puso un gran balón para que llegara Tonino desde atrás para poner las tablas en el marcador. Esta jugada fue un calambrazo para aficionados, jugadores y para el técnico Tino Luis Cabrera, que fue expulsado porque al colegiado no le gustó alguna de las frases maldicientes que tuvo que soltar el míster canario tras este gol. El Conquense no quería conformarse con el empate e intentó recuperar el mando del partido, logrando que el lateral Llamas viera la segunda amarilla a la que estaba haciendo oposiciones durante todo el segundo tiempo. Llegaban ocasiones por medio de Dani Martí y de Ruano, que se marcó un slalom impresionante, pero disparó antes de apuntar y su tiro fue al travesaño. Pero el Leganés también tenía las suyas y tras avisar por medio de Aridane, que fue el revulsivo pepinero, terminaron acertando en la diana. Fue tras un pase largo a la espalda de la defensa, que fue pinchado con una caricia por Víctor. El menudo delantero justificó con ese control su dilatada carrera en la élite del fútbol y regaló los honores del tercer gol a Tonino, que firmaba un doblete en La Fuensanta. En otras circunstancias el partido hubiera terminado aquí, pero el Conquense estaba herido y tocó a rebato en busca del empate. Con todo el equipo en la trinchera enemiga, incluyendo el 'manco' Moreno, Dani Martí puso un centro desde la derecha que fue esquivando cabezas hasta elegir la que más le gustaba, la de Jordi Vinuesa, que remataría en el segundo palo cambiando la trayectoria para dejar sentado a Falcón.
Al final, 3-3 y a tenor de lo ocurrido en el partido, la Balompédica no sabe si ha rescatado un punto o ha perdido dos. Lo que está claro es que sigue sin conocer la victoria, y puntito a puntito tampoco se puede llegar muy lejos en esta liga.
UNIÓN BALOMPÉDICA CONQUENSE: 3
Caballero,Juanfran, Moreno, Juli Ferrer, Morillas, Javi Selvas (Dani Martí, min.59), Dani Rodríguez (Cubillo, min. 69), Cristian, Jorgito (Ruano, min. 52), Pulga y Vinuesa.
CLUB DEPORTIVO LEGANÉS: 3
Falcón, Llamas, Mario, Azcárate (Aridane, min. 67), Alcántara, De Lerma (Bayón, min.45), Iván Díaz, Tonino, Vicente, Víctor y Rubén Navarro (Rida, min.72)
Goles: 1-0 Jorgito, (min.19); 1-1 Rubén Navarro (min.39); 2-1 Cristian (min. 41); 2-2 Tonino (min. 75); 2-3 Tonino (min. 88); 3-3 Vinuesa (min.90)
Árbitros: Muñoz Pérez, asistido en las bands por Ortega Martínez y Andújar Raya, del colegio valenciano. Amarilla para los locales Morillas y Javi Selvas y para los visitantes De Lerma, Azcárate, Bayón, Mario y Llamas en dos ocasiones, por lo que fue expulsado. Roja también para el entrenador del Conquense, Tino Luis Cabrera, tras protestar la jugada del segundo gol pepinero.
Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada del Grupo I de la Segunda División B, disputado en el estadio municipal de La Fuensanta ante 1.100 espectadores.
Fuente: Voces de Cuenca.